No puede haber mejor manera de empezar el blog que recordar nuestros primeros pasos por Bruselas y, con ellos, la primera vez que nos conocimos. Las 4 fantásticas, las sex in Brussels, las amantes del Gouda… ¿Cómo nos conocimos? Pues pura y sinceramente, por la universidad. Me acuerdo del momento que nos vimos por primera vez, pero me cuesta recordar el momento en el que realmente nos hicimos amigas. O tan amigas como lo somos ahora. Eso es algo en lo que coincidimos casi todas, y que me gustaría compartir en este blog como nuestro primer consejo: “El tiempo pasa volando, así que hay que aprovecharlo al máximo”. Una semana Erasmus pasa increíblemente rápida (frase mítica de Carry: “Otra vez estamos a miércoles”) pero a la vez suceden tantas cosas que parece mentira que solo hayan pasado 7 días. Es paradójico pero completamente real. Así que cuando miras atrás piensas “¿Sólo hace una semana que pasó eso?” porque tu percepción del tiempo es completamente diferente. Así que me cuesta pensar que sólo hace 7 meses que os conozco, porque me parece muchísimo más tiempo.
La primera vez que nos vimos fue en la universidad, eso lo recuerdo bien. Samantha y Charlotte aún no tenían piso y lo estaban buscando como locas (y menudo pisazo encontraron las tías, el hostal del grupo). Los Erasmus que tuvimos la suerte de estar ya ubicados teníamos un encuentro para conocernos. Y Carry, se hizo esperar una semanita hasta que como un huracán llegó a la universidad. Tal cual es ella, solo hicieron falta 5 minutos para estar al corriente de todas sus aventuras amorosas, viajes y demás experiencias que nos mostraron a una chica absolutamente sincera, directa y sobretodo, transparente. Samantha y Charlotte eran un pack adorable que se parecian tanto como la noche y el día. Tan diferentes y a la vez tan unidas, se complementaban mucho (aunque ellas no se dieron cuenta de eso hasta más adelante). Y es que la dulzura de Charlotte muchas veces se da de bruces con el ímpetu de Samantha, pero cuando se unen, las dos son geniales. Y yo, que los primeros días andaba algo a trompicones, pero que al final, encontré a unas amigas increíbles, con las que poco a poco me he abierto paso en esta gran ciudad que, a través de este blog, os iremos descubriendo.
Miranda
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